¿Buscas poemas por el Día de la Madre? ¿Quieres especialmente que sean capaces de retratar tus sentimientos más fieles y profundos? Pues has llegado al lugar indicado. Un poema es una forma artística de expresar todo tu amor y gratitud hacia ella. 

En este artículo encontrarás una variedad de poemas por el Día de la Madre, entre cortos y largos, de pensadores antiguos y contemporáneos. Elige el que más te guste y personalízalo para ella. ¿Listo para emocionar a mamá? Entonces, toma nota y ¡acompáñame! 

Poemas por el día de mamá  

Mamá no sólo inculca valores y lecciones muy valiosas que nos guían día a día, sino que su amor es el soporte más grande y puro que puede haber en el mundo. Manifiéstale todo lo que ella significa para ti con estos quince poemas de reflexión por el Día de la Madre. 

Poemas cortos por el Día de la madre 

A continuación, diez poemas por el Día de la Madre cortos y bonitos escrito por personajes muy destacados en sabiduría y profundidad como la religiosa María Teresa de Calcuta y los poetas, Federico García Lorca, Gabriela Mistral y Carlos Oquendo de Amat. 

1.Enseñarás a volar de María Teresa de Calcuta 

Enseñarás a volar,

pero no volarán tu vuelo.

Enseñarás a soñar,

pero no soñarán tu sueño.

Enseñarás a vivir,

pero no vivirán tu vida.

Sin embargo…

en cada vuelo,

en cada vida,

en cada sueño,

perdurará siempre la huella

del camino enseñado.

2.Canción tonta de Federico García Lorca 

Mamá, yo quiero ser de plata.

Hijo, tendrás mucho frío.

Mamá, yo quiero ser de agua.

Hijo, tendrás mucho frío.

Mamá, bórdame en tu almohada.

¡Eso sí! ¡Ahora mismo!

En definitiva, un poema por el Día de la Madre ideal para muchos niños en la escuela. 

3. Madre de Carlos Oquendo de Amat 

Tu nombre viene lento como las músicas humildes

y de tus manos vuelan palomas blancas.

Mi recuerdo te viste siempre de blanco

como un recreo de niños que los hombres miran desde aquí distante.

Un cielo muere en tus brazos y otro nace en tu ternura.

A tu lado el cariño se abre como una flor cuando pienso.

Entre ti y el horizonte

mi palabra está primitiva como la lluvia o como los himnos

porque ante ti callan las rosas y la canción.

4. En tus brazos de German Berdiales

Mamita, Mamita
si tu fueses árbol,
tu hijito en tus ramas
quisiera ser pájaro.

Si tu fueses río
que al mar va cantando,
tu hijito en tus aguas
quisiera ser barco.

Mamita, mamita
si fueses un río
o fueras un árbol
tu me acunarías
igual en tus brazos.

5. Canto de los cinco elementos de Sergio Rambla 

A ti mujer de años luz,

a ti mujer de años mil.

Tu luz, tu sombra, tu esfuerzo, tu paciencia.

Años luz colmadas de inocencia, tierra.

Consejo, sabiduría, ganas de vivir, agua.

No hay nadie como tu, única en tu género, certera, viento.

Como un fiero ser en defensa de tus críos, libre, tolerante, fuego.

Cuantas noches de desvelo, de lunas interminables, madre

el amor que nunca traiciona, transparente, viene de ti.

A ti mujer de segundos, minutos,

a ti mujer de años luz.

6. Amor eterno de Adolfo Becquer 

Podrá nublarse el sol eternamente;

Podrá secarse en un instante el mar;

Podrá romperse el eje de la tierra

como un débil cristal.

¡Todo sucederá! Podrá la muerte

cubrirme con su fúnebre crespón;

Pero jamás en mí podrá apagarse

la llama de tu amor.

7. Madre de mi alma de José Martí

Madre del alma, madre querida
son tus natales; quiero cantar
porque mi alma de amor henchida,
aunque muy joven, nunca se olvida
que la vida me hubo de dar.

Pasan los años, vuelan las horas
que yo a tu lado me siento ir,
por tus caricias arrobadoras
y las miradas tan seductoras
que hacen mi pecho fuerte latir.

A Dios le pido constantemente
para mi madre vida inmortal;
porque es muy grato, sobre la frente
sentir el roce de un beso ardiente
que de otra boca nunca es igual.

8. Amor filial de Amado Nervo

Yo adoro a mi madre querida,
yo adoro a mi padre también;
ninguno me quiere en la vida
como ellos me saben querer.

Si duermo, ellos velan mi sueño;
si lloro, están tristes los dos;
si río, su rostro es risueño;
mi risa es para ellos el sol.

Me enseñan los dos con inmensa
ternura a ser bueno y feliz.
Mi padre por mi lucha y piensa,
mi madre ora siempre por mí

9. Madre de Julia Romero 

Me preguntaba qué es la madre.

Junta el perfume de todas las flores;

y el arrullo de todas las olas;

la firmeza de todas las montañas;

y la inquietud de todos los ríos;

la frescura de todos los valles;

y la mirada de todas las estrellas;

la caricia de todas las brisas;

y el beso de todos los labios.

Todo guardado por Dios en un corazón de mujer.

Eso es la madre.

10. Cinco letras tiene un ángel de Patricia Aracely Arabundis 

Cinco letras tiene un ángel,

que me cuidó en su vientre,

me llevó por mil caminos,

me enseñó a ser valiente.

Poemas largos por el Día de la Madre 

Si estás buscando enternecerla con poemas más largos, verás en los siguientes párrafos unos versos llenos de adoración y reconocimiento. 

11. Madre de Stephany Calderón 

El sonido de las llaves advierte su regreso.

Entusiasta llega y le doy un beso. 

La casa se llena de su aroma de roce de ambulantes y sudor. 

Ella deja caer su tonelada de mochila sostenida de horario madrugador.

Con un gesto de alivio 

apacigua el demonio de Tasmania de mi martirio. 

La abrazo y le cuento mis pesares.

Su amor desborda cantares.

A la plegaria miedos.

Ante ella soy una efusiva criatura de risa inestable 

que juega con sus dedos. 

Caigo vencida y me acurruco en su pecho de mujer pujante.

Mujer gitana de amor gigante, 

donde reposa la infinita capacidad del consuelo de mis batallas en las que tiré el guante. 

Su abrazo recupera mi oscura luz que me cuesta adornar bonito. 

Le recuerdo su canción «Duerme, negrito»,

himno de su ingenio para que yo me durmiera. 

12. Madre mía de Rafael Escobar Roa

Cuando los ojos a la vida abría,

al comenzar mi terrenal carrera,

la hermosa luz que vi por vez primera

fue la luz de tus ojos, ¡madre mía!

Y hoy que, siguiendo mi escarpada vía,

espesas sombras hallo por doquiera,

la luz de tu mirada placentera

ilumina mi senda todavía.

Mírame, ¡oh madre!, en la postrera hora

cuando a las sombras de mi noche oscura

avance ya con vacilante paso.

Quiero que el sol que iluminó mi aurora

sea el mismo sol que con su lumbre pura

desvanezca las brumas de mi ocaso.

13. Invocación de Luis Nieto

Recíbeme, madre, como si nunca me hubiese ido,

como si siempre te hubieran escoltado

mis años y sus encinas.

Vengo de la patria distante del polvo,

del territorio amargo de la lluvia y sus castigos,

del mundo donde hasta el aire es extranjero.

He vuelto con mis años de soledad

y mis heridas horrendas,

con mi voz de ceniza humilde,

con el sonido ausente de mi voz en harapos.

He vuelto, madre, a dar vueltas y vueltas

por tu pañuelo de lágrimas,

a trajinar por tus pupilas sin sosiego

hasta perderme en el jardín donde crece

la olvidada violeta de la pena.

Ábreme tus puertas castigadas, madre.

Ábreme tu corazón anciano, en retirada,

para que pasen mis años y tus caídas.

Para que al fin reposen mi frente

y mi sangre caminante

en tu blanca piedra de angustia que venero.

14. Madre de Julián Petrovich

Todo el mundo te ha cantado.
Yo no te canto.
Deposito tu nombre
sobre mi mano
y la beso.
Lloro de pena
y grito de alegría
al mismo tiempo.
Maduro y muero
en tu mirada.
Recojo el polvo
que dejan tus pies
y con ese polvo
me froto la cara.
Sobre tus espaldas
me tiendo
a dormir tranquilo.
No te canto.
Sólo te digo
que guardo en el bolsillo
tu mirada
para arreglarme el cabello
y limpiarme la cara.

Debo tenerla limpia
cuando te recuerdo.
Todas las madres
quieren que sus hijos
vayan a la escuela
peinados y limpios.
También a la vida
debo ir como a la escuela
para que la muerte diga:
“este niño tiene madre”.
Vuelvo a decirte: no te canto,
te imploro
para que siempre sigas
peinando mis gruesos cabellos
y me laves la cetrina cara.

15.Caricia de Gabriela Mistral 

Madre, madre, tú me besas,
pero yo te beso más,
y el enjambre de mis besos
no te deja ni mirar…

Si la abeja entra al lirio,
no se siente su aletear.
Cuando escondes a tu hijito
ni se le oye respirar…

Yo te miro, yo te miro
sin cansarme de mirar,
y qué lindo niño veo
a tus ojos asomar…

El estanque copia todo
lo que tú mirando estás;
pero tú en las niñas tienes
a tu hijo y nada más.

Los ojitos que me diste
me los tengo de gastar
en seguirte por los valles,
por el cielo y por el mar.

¿Cómo escribir un poema por el Día de la Madre? 

En una hoja borrador escribe todo lo que quisieras decirle, puedes recurrir a descripciones puntuales de sus cuidados o los sentimientos que te inspira. Después, selecciona las ideas más conmovedoras y afectuosas y plásmalas a una tarjeta de regalo o una cartulina. 

¿Qué decirle por el Día de la Madre? 

Mamá, en este día tan especial, quiero que sepas que eres un ser de mucha luz para mi vida. Que gracias a tus cuidados, los valores que me inculcaste y tu desprendimiento hoy soy una persona de bien y me toca engreírte y protegerte para siempre. Te amo, mamá. 

¿Qué te parecieron los poemas? ¿Finalmente ya sabes cuál de todos dedicar a mamá? Esperamos que estos hermosos poemas por el Día de la Madre hagan vivir a mamá un día lleno de amor y felicidad familiar. ¡Feliz Día de la Madre!

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